miércoles, 8 de diciembre de 2010

Es un trabajo muy duro e incierto establecer una conexión entre el consciente y el inconsciente, pero existen herramientas para llevarlo a cabo, solo hay que dejar que fluya en nosotros la necesidad y el valor de hacerlo… (Ensayo de meditación)

8H. A.E. 28 A.F.





-“…La música como medio conductor…”-





Ayer me encontré con la necesidad de desconectar de todo lo que me ajetrea mentalmente, en ocasiones de una manera contundente.
Cuando esto sucede, es a causa de una fusión que mi mente lleva a cabo cuando me pone a su servicio, en lugar de yo hacerlo con ella. Esa fusión provoca una línea intemporal en mi trilogía (cuerpo, mente, espíritu), con esto quiero decir que todos los pensamientos, sensaciones y sentimientos del pasado, del presente y supuesta/os del futuro (hipotecar emociones siempre estuvo a la orden del día) se entremezclen, dando por resultado un presente sumamente cargado y difuso.
Así que ayer, con la cabeza más pesada que de costumbre, me recosté y encendí el disco de las ficciones, cerré mis ojos y me dejé llevar por ese amor incondicional que solo me facilita la música. En ese mismo instante comencé un viaje interior que resultaba cada vez más profundo a medida que las escalas iban subiendo. Al mismo tiempo fui concentrándome en el tempo de la respiración; sobretodo a retener el aire dos segundos y largarlo de apoco. Leí que el provocar este tipo de pausas en la respiración, expulsa poco a poco señales del inconsciente hacia la superficie… y así fue.
Por increíble que me pareciera, mi conciente revelaba imágenes que nunca había visto, ¿como las de un sueño?, así. Las que mas recuerdo son tres: -la primera era yo mismo envuelto en muchos hilos dentro de mi propio tórax. –la segunda un sitio sin luz, solo las estelares, como los días en el espacio, donde la atmósfera era muy espesa y me movía muy lento.-y la tercer imagen era de mi, con mi tamaño natural pero mutado en una especie de insecto (mantis o algo así), aunque solo veía mis piernas, con los músculos a flor de piel, humanas hasta la mitad de los cuadriceps, y puntiagudas y ramificadas hasta el suelo, del color de la tierra, corrían hacia arriba por una especie de montaña, muy rápido.
Todo suena fantástico con estas descripciones, pero yo solo sentí mensajes, mensajes que latían desde mi interior…comprendí que descifrar poco a poco lo que nuestro inconsciente quiere decirnos, es un ritual con nosotros mismos…







viernes, 26 de noviembre de 2010

Ser consciente de mantener un equilibrio en mi energía interior puede ser como una cuota de paz al alma… (Ensayo de reconocimiento)

7 A.E. 28 A.F.

-“…Mensaje/masaje a tu corazón…”-


Es lo que sentí ayer cuando me dieron un masaje Cráneo-Sacral. Es increíble que 28 años después de haber nacido, haber vivido diversas sensaciones, ingerido tanta emoción, exprimido cada atardecer y saciarme de cada sentimiento hasta la embriaguez; nunca haya recibido algo tan visto, tan familiar, tan permanente, tan viejo, pero desconocido… a mí mismo.
Comenzó pidiéndome que le describiera un sitio en el cuerpo donde en ese mismo momento sentía bienestar; le dije que en el estomago por que no tenía que sostenerlo como mis piernas y mis brazos o la cabeza, además lo sentía un lugar cálido.
Lo siguiente que me pidió fue que imaginara un sitio con ese bienestar y calidez y lo asociara a un color. Lo que me imagine fue un desayuno con mi familia, las estufas de mis amigos y muchas imágenes que no paraban de proyectarse; evidentemente asocié las imágenes al color rojo.
Colocó una mano debajo de mi pierna y la otra debajo de mi espalda, y de ellas comenzó a emanar calor, pero un calor bastante fuerte, como el de un hogar a leña. De repente con las imágenes y el calor de sus manos, comencé a desconectarme de todo y a conectarme más en mí. Luego colocó sus manos en mi nuca, y sentí que me cobijaba y protegía con ellas. Por último me puso en posición fetal y con una mano en el Sacro y la otra en el Cráneo, me encerró en una burbuja de bienestar, protección, calidez y compañía que nunca había sentido antes.
Cuando terminó, me costó un poco volver a la realidad, parecía como si hubiese estado durmiendo totalmente lúcido. Me preguntó que había sentido. Le dije que el calor, el cobijo, la protección y compañía que ella me estaba dando. Me dijo que lo único que ella hizo fue ser canal conductor de mi propia energía...

miércoles, 24 de noviembre de 2010

La soledad puede ser el sol que contemple todas tus acciones, o el buitre que vuela en cautela a tus emociones... (Ensayo de soledad y deseo)

22 A.E. 28 A.F.

-“…Lejos de casa, pero cerca de mi…”-

Éste es otro (y por decirlo así, el principal…) ejemplo de lo que menos me gusta de la vida, la soledad.
Viví casi siete años lejos de mis seres queridos, lo raro es el por qué, digo raro por que no me escape de situaciones meramente disfuncionales o retorcidas que me obligaran a emigrar 12.000 Km. Tampoco fue por necesidad económica ni sustancial. Todo lo contrario, me sentía feliz, a cada instante, en cada lugar, circunstancia o compañía. Pero hoy, después de tanto tiempo lejos, lo único que saco en conclusión es que no me escapé de nadie, más que de mí mismo, del “Yo” de esos días, de mi espiritualidad, de mi “sabiduría de vida” (estaba equivocado, la Sabiduría es la fusión exacta entre conocimiento y experiencia, sin alguna de las dos no es real ); tenía toda la teoría, faltaba la práctica, ponerle acción a mis palabras; pero tenía que hacerlo solo, por mi cuenta. Necesitaba limpiar el tablero para mover mis propias fichas.
Si bien el ser humano es un animal de costumbre, ¿por que no me acostumbro a esto?, por que la vida no es como yo quiero que sea, pero si puede ser como yo la desee. Tarde o temprano nuestros deseos de corazón se realizarán, el tema es cuán abierta es mi mente para mantener y recibir ese deseo, mantener me refiero a luchar, y recibir me refiero a cuando y como llegue.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Hoy es lo que hay, no lo que fue o será… (Ensayo de aceptación)

65 A.E. 28 A.F.

-“…Creía que la nostalgia no era amiga de la locura, pero hoy si…”-

Escribo esto como auto desahogo, por que llegué a un estado en el cual tengo miedo hasta de hartar a las personas especiales de mi vida, se que está mal, por que para eso están y por eso también las considero especiales, pero el miedo se apodera cada vez mas de mi sentido común, y como un dictador, poco a poco va reprimiendo todo el territorio en el que todavía viven mis sentimientos mas lógicos y radicales.
Estoy a un tiempo de viajar a Argentina, mi país, del cuál me fui hace casi siete años. Digo un tiempo por que sinceramente no sé en que momento recibiré el tan deseado telegrama para terminar la odisea de mis trámites. Creo que Dios es muy sabio en este sentido, me pone delante de las cosas que menos me gustan, (lo burocrático por ejemplo) aunque me joda, aunque no quiera saber nada con eso, sé que lo hace para que acepte que la vida no es como yo quiero que sea, por que de ser así, ¿donde estaría mi tiempo de intimidad, el misterio, la ansiedad, la espera, la sorpresa, el encanto en general?; en teoría todo esto es muy bonito, pero en práctica todos estos adjetivos son difíciles de asimilar cuando estoy en el lugar donde estoy, solo conmigo mismo.