viernes, 26 de noviembre de 2010

Ser consciente de mantener un equilibrio en mi energía interior puede ser como una cuota de paz al alma… (Ensayo de reconocimiento)

7 A.E. 28 A.F.

-“…Mensaje/masaje a tu corazón…”-


Es lo que sentí ayer cuando me dieron un masaje Cráneo-Sacral. Es increíble que 28 años después de haber nacido, haber vivido diversas sensaciones, ingerido tanta emoción, exprimido cada atardecer y saciarme de cada sentimiento hasta la embriaguez; nunca haya recibido algo tan visto, tan familiar, tan permanente, tan viejo, pero desconocido… a mí mismo.
Comenzó pidiéndome que le describiera un sitio en el cuerpo donde en ese mismo momento sentía bienestar; le dije que en el estomago por que no tenía que sostenerlo como mis piernas y mis brazos o la cabeza, además lo sentía un lugar cálido.
Lo siguiente que me pidió fue que imaginara un sitio con ese bienestar y calidez y lo asociara a un color. Lo que me imagine fue un desayuno con mi familia, las estufas de mis amigos y muchas imágenes que no paraban de proyectarse; evidentemente asocié las imágenes al color rojo.
Colocó una mano debajo de mi pierna y la otra debajo de mi espalda, y de ellas comenzó a emanar calor, pero un calor bastante fuerte, como el de un hogar a leña. De repente con las imágenes y el calor de sus manos, comencé a desconectarme de todo y a conectarme más en mí. Luego colocó sus manos en mi nuca, y sentí que me cobijaba y protegía con ellas. Por último me puso en posición fetal y con una mano en el Sacro y la otra en el Cráneo, me encerró en una burbuja de bienestar, protección, calidez y compañía que nunca había sentido antes.
Cuando terminó, me costó un poco volver a la realidad, parecía como si hubiese estado durmiendo totalmente lúcido. Me preguntó que había sentido. Le dije que el calor, el cobijo, la protección y compañía que ella me estaba dando. Me dijo que lo único que ella hizo fue ser canal conductor de mi propia energía...

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